miércoles, 28 de septiembre de 2011

Caer de pie

Soy un gato. Caigo de pie.
Siempre tengo suerte,
aunque me quejo de lo contrario.

Estuve rota,
lastimada,
inmóvil,
acuchillada,
deprimida,
y me levanté igual.

Siempre me levanté. 

Ahora entiendo que
si lo hice,
no fue por la insistencia
de los amigos,
ni por la tristeza de mi familia,
me levanté por mí.

Para no seguir en el suelo
y más abajo. 
Para no darte el gusto de
verme sufrir.
Para vivir.

Si me levanté antes fue por mi.
Ahora es por los dos. 

Menos mal que nunca me dejé, 
aunque me dejé, 
pisar de manera tal que
no pudiera seguir en pie.

Menos mal que algo en mí
todavía funcionaba.
Ahora entiendo que fue
para cuidar de los dos.


De pie. Aunque me caiga. Siempre caigo de pie.

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