La pared escrita, un pensamiento de años: "yo soy de mí".
Que el frío no te ciegue, no te confunda, ni te engañe (no hay que mezclar)
El recuerdo constante, y desear.
Pero yo soy de mí. El egoísmo de antaño, la necesidad. Y desear.
Golpearse la cabeza contra la misma pared, no salir de ese lugar.
La estaticidad. Yo soy de mí.
Pero también en su piel. Y también en la pared.
Desear pertenecerle. Que el frío no te engañe más.
Así siempre es mejor. Me pertenezco a mí.
Te presto mitiempo/micuerpo/missonrisas/misbesos
Y nada más. Te lo presto, y devolveme ese ser que amo.
Que el frío no te engañe: yo soy de mí.
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