Te encontré y dejé de huir, y dejé de resistir. Ahora estoy en tus manos.
Estabas cerca y no te encontraba, no te veía, no te quería ver.
Las vueltas, los miedos, las personas en el camino,
y el estallido de nuestros egos mezclándose,
cediéndose el poder, alternados -este punto nunca es claro-
Vos sos para mí y yo soy para vos.
Y somos raros.
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