lunes, 23 de julio de 2012

Cuerpos Imanes

A veces siento que tu sangre atrae mi sangre, y que mi sangre atrae tu sangre. Que nuestras bocas no pueden evitar ese llamado invisible y tienen que encontrarse. Y las lenguas, mezclarnos por dentro, y lo que me despiertan tus besos y te generan los míos. Que nuestra piel sea nuestra, y no tuya ni mía, nuestra. Y a veces siento que no podemos ser más justos, porque como te dije, no somos perfectos, somos justos: yo para vos, y vos para mí. Porque no podemos controlar esa atracción hermosa que nos lleva a pegarnos cuerpo con cuerpo, porque no queremos evitarla. Ni queremos salir, ni separarnos, ni no abrazarnos.
¡Es tan increíble esto que nos pasa! Y lo mejor es que es real. Somos nuestro propio imán.

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