miércoles, 24 de octubre de 2012

Cartas

Le escribí una carta a Septiembre y le pedí que se llevara la primavera a otro lado. No tengo ganas de ver pajaritos, ni flores, ni sonrisas, ni besos, ni abrazos, ni nada que no me toque un poco a mí.  
Septiembre me dijo que no puede, que es su naturaleza traer primavera, sol y flores. 
Entonces le escribí una carta al sol para que se apague, y se termine la vida en todo el planeta. Morirme yo, y los demás, las flores y los pájaros, los días, las noches, matar el calor y que reine el frío de nuevo.
Espero una respuesta.

lunes, 22 de octubre de 2012

¿Cómo disfrutar el ruido del silencio?

Duele el silencio que producen las palabras que no se dicen. No se dice nada más, no se contesta nada más, y estamos en el medio de un error que pudimos haber evitado.
Yo decía, vos decías, nos contestábamos, el silencio se disfrutaba porque era otro silencio.
Y ahora todo está en un silencio cortante, de esos que te abren las venas y te hacen sangrar, de esos que querés gritar para interrumpirlo y alguien te tapa la boca para callarte, esos silencios que enferman lo poco que quedaba sano.
Y se supone que hay que pensar, y yo no tengo nada más que pensar, no quiero. Mi decisión está tomada, ¿pero la tuya?
Tengo miedo de este silencio en el que nos metimos. No podemos ir más allá y tampoco creo que podamos.
Necesito gritarte y sos vos el que me tapa la boca. Necesito gritar, romper el silencio y el ruido sordo que se genera entre vos y yo.
Te extraño.

sábado, 20 de octubre de 2012

El amor explota

Kaboom. Cuando no entra más amor, empieza a salir, y a mí ya se me escapó. No existo. Mis partes están desparramadas y me toca volver a armarme.

jueves, 4 de octubre de 2012

Autodestrucción en cuotas

Ser sano, estar enfermo. ¿Y a vos qué te importa? 
La única cosa totalmente libre que podemos hacer, es elegir cuando y cómo morir. Todo lo demás se nos impone mediante decisiones que vivir nos obliga a tomar. ¿Y quién eligió vivir? 
Pequeños actos suicidas, como fumar, tomar, no comer, cruzar en rojo, enamorarse, snifar. Autodestrucción en cuotas, buscar morir pero sin el coraje que necesita el hacerlo. 
Sobredosis de pastillas para dormir mezcladas con alcohol, cortarse (bien) las venas, ponerse la soga al cuello y patear el banquito, pegarse un tiro en la sien, tirarse a la vereda desde una altura imponente, saltar a las vias, dejarse estar. Acciones suicidas, merecen mi elogio por el valor que conllevan.
Y en definitiva, ¿dónde está el sentido de todo? 
Autodestrucción en cuotas. Estamos en el borde. Y somos unos cobardes, eso somos. 
Porque en definitiva la cura para el dolor es la muerte, el camino fácil, lo simple. Vivir con dolor y superarlo y poder seguir viviendo es el desafío. ¿Pero para qué vivir? 
Yo te entiendo, quiero que lo sepas.

martes, 2 de octubre de 2012

Soltá

Pero las distancias, ¡ay!... sí, son enormes.
Me quiero reír. Y te pienso así. Sos mi payaso personal, a veces.
Y el pensar y no sentir, ese constante análisis estúpido que no nos lleva nunca a nada.
O si, en realidad nos distancia más. Levantamos los puentes.
Refugiarme en la música, como hice siempre.
Concentrarme en lo que realmente me importa: sobrevivir.
Y pensar en un mañana.
¿Y vos dónde estás? ¿Y yo dónde estoy?
Quiero dormir.
Y me buscaste, y te encontré después de tanto desear. Y me hacías reír... Y te vi llorar.
¿Y para qué todo esto, al final?
Nada tiene sentido.
Separar los imanes, pelea de dioses por el poder, el pudrirse de las dos mitades.
Carne contra carne, dormir en vos, tu olor, el calor. Reconciliarse.
¿Y para qué, al final?
Basta. Hay que pensar menos y sentir más.