martes, 27 de noviembre de 2012

Y... la verdad es que soy muy estúpida

No puedo controlar esos impulsos autodestructivos. No puedo dejarte en paz. Tomo malas decisiones, hago algo con cierta intención y suele dispararse para cualquier lado una bala de cañón que parece romper todo. La verdad es que soy una idiota. Soy muy estúpida.
Así siempre termino perdiendo todo. No aprendo más.
Perdí ayer, vuelvo a perder hoy. ¿Y qué gano? Reproches de mí, rechazos tuyos, y tengo que esperar.
Digo cosas que el enojo me hace decir, pero no es más que impotencia por no poder hacer todo a mi modo. No escuches al enojo, por favor. Hacele caso a mi calma y permitime verte a los ojos una vez más.
Esta vez siento que te perdí. Siempre pierdo, no paro de perder.

lunes, 26 de noviembre de 2012

El sueño

Era verano y estábamos en la playa. Mis ojos son como una cámara que filmaba todo lo que pasaba.
Jugamos, nos reímos y el sol me empezó a quemar la piel. Entonces fuimos a la orilla del mar los tres, lo mirábamos, sentimos el viento. Yo tenía deseos de entrar.
Y fue entonces cuando te lo dí. Mi amor, mi único tesoro, mis ganas de vivir, lo que me mantiene de pie. Vos lo tenías a él. Y empecé a caminar al horizonte marino hasta que el agua llegó a una altura en la que podía nadar. Miré atrás, los dos me saludaban con las manos, sonreí tranquila y me puse a bracear. Y mientras más lejos llegaba nadando, más libre me sentía, y entonces mi cuerpo empezó a cambiar y yo me fui convirtiendo en pez. Y le pertenecí al mar.
Me desperté, te lo conté y no paré de llorar.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Hablar

Podré tener dos millones de defectos, de todo tipo. No soy hermosa y ni siquiera simpática, no tengo una mente brillante ni soy tan buena en la cama.
Pero mis decisiones siempre son mi eje. Saber cuál es el siguiente paso, pensar, planear, idealizar. Siempre estoy segura cuando decido, aunque más de una vez me haya equivocado mal.
No pretendo más que un poco de decisión en los otros, sostener lo que se promete casi llorando y después de haber perdido poder y haberse arrodillado. Pero son tan cagones y faltos de huevos, que no.
Purgar el dolor de alguna manera. La música ya no sirve, escribir y leer, tampoco. Las drogas no son una opción. No queda otra que empezar a hablar para liberar los monstruos y las princesas que coexisten en mí. Hablar para llorar. Hablar para pensar. Hablar para decidir mejor. Hablar para equivocarme, pero menos.
Hablar para soltarlos, a todos esos que son yo y que me hicieron lo que soy. Hablar.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Una canción, inspiración.


"Recordé sus gustos, conversación astral, las canciones que oíamos, su cuerpo lunar, refugio celestial, y el PH de su saliva. Y me subí... Y me subí."   
Era el verano del dosmilalgo. Lo llamé, teléfono público mediante, y me cantó esa canción con su guitarra y su voz. No olvidé más ese momento. 
Él era tan hermoso y yo tan imperfecta como hoy. Él era todo lo que yo quería, y yo un reemplazo de quién él quería. Las cosas no funcionaron, su amor me era ajeno, el mío hacía estallar mi ego. No volvimos a vernos. 
Años, y una disculpa. Volver a ser nada, pero esta vez sin sufrir. "La persona que me va a gustar siempre, pasen los años que pasen, las cagadas que se mande. Siempre me va a gustar, porque es perfecto en su imperfección, es sensual en todo ¡y tiene esos ojos tan hermosos!", mi discurso. El suyo no me interesa más. 

Los años parecen repetirse, y ahora entiendo todo. El eterno retorno... y vos tenés razón en todo.