domingo, 24 de junio de 2012

Yo no sé nadar.



Me quiero meter a nadar ahí, en esa fuente donde todos flotan y parecen ser tan felices.
Quiero ir a caminar, "caminemos, amor (¿amor?)".
Quiero tirarme en el pasto y encontrarle forma a las nubes en el cielo, reírnos y robarte besos. "Dame un beso. Ya".
Y quiero rodar, y pensar que estamos solos, y caer en tus brazos, asfixiada por las risas y que me abraces y no me sueltes. "Abrazame, y no me sueltes".
Sentir la mordida animal y no desesperar. Guau.
Y de repente, me encuentro hablando bien de todo esto, casi como si me importara.
"No te resistas", me dicen. Pero me resisto, y no lo puedo evitar.
Todo tiene un límite. Yo no sé nadar. Ese es mi límite. Rompamos la fuente.

"Hoy puedo ver alrededor 
un tobogán sin escalón, 
besar tus pies en el sillón, 
dejarme estar, decir que no.

Tu mano en do, un boulevard, 
el desamor del funeral, 
tomar un tren, dejar pasar, 
pedirle a Dios un poco más
Es todo lo que tengo, y es todo lo que hay
Cambiar el Sol de tu lugar"

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