martes, 2 de octubre de 2012

Soltá

Pero las distancias, ¡ay!... sí, son enormes.
Me quiero reír. Y te pienso así. Sos mi payaso personal, a veces.
Y el pensar y no sentir, ese constante análisis estúpido que no nos lleva nunca a nada.
O si, en realidad nos distancia más. Levantamos los puentes.
Refugiarme en la música, como hice siempre.
Concentrarme en lo que realmente me importa: sobrevivir.
Y pensar en un mañana.
¿Y vos dónde estás? ¿Y yo dónde estoy?
Quiero dormir.
Y me buscaste, y te encontré después de tanto desear. Y me hacías reír... Y te vi llorar.
¿Y para qué todo esto, al final?
Nada tiene sentido.
Separar los imanes, pelea de dioses por el poder, el pudrirse de las dos mitades.
Carne contra carne, dormir en vos, tu olor, el calor. Reconciliarse.
¿Y para qué, al final?
Basta. Hay que pensar menos y sentir más.

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